Día 02
El día empezaba aterrizando en el aeropuerto de Londres, aproximadamente 6:00 am. Luego nos tocaba hacer una cola de casi 2 horas en pasar migraciones para entrar al país de Inglaterra. Tuvimos la suerte de llegar con varios aviones al mismo tiempo, y las filas de personas para entrar era larguísima, larga para los ciudadanos con pasaporte distinto a la de la Unión Europea que pasaban de manera rápida. Para nosotros solo había 3 policías ateniendo a toda la fila de viajeros que quería entrar al país, encima, parecían que las entrevistas que se estaban dando en las ventanillas, era mismas entrevistas para obtener el visado americano, preguntas y preguntas y más preguntas: ¿para qué viene? ¿tiene familiares por acá? ¿has venido antes? ¿cuantos días te vas a quedar?, etc. Esto hacia que la cola se interminable, menos mal que teníamos hasta el mediodía para nuestro siguiente vuelo con dirección a Reikiavik.
Este día no hay mucho que contar, ya que nos la pasamos en el aeropuerto de Londres (LHR), un vuelo de 4 horas y el tiempo de espera en el aeropuerto de Reikiavik (RKV), de la ciudad de Reikiavik, capital del país de Islandia.
Llegamos al país de Islandia alrededor de las 3:30pm. Hasta este momento habíamos pasado 2 noches seguidas durmiendo en un avión, la primera noche de Lima – Atlanta y la segunda noche de Atlanta – Londres. No nos habíamos bañado desde antes de salir de Lima, así que sobrevivimos a base de desodorantes y perfumes, creo yo que el frio que ya se sentía por estas zonas, menguaba los efectos del sudor.
Al bajar del avión de Iceland Air y entrar en contacto con el ambiente, se sentía el frio de Islandia por primera vez, pero cuando ya nos tocó de salir del aeropuerto para ir a la estación de buses, uuufff sí que se sintió el frio penetrar los huesos y desear no estar en ese país. Menos mal que llego el bus a la hora indicada y subimos a recuperar calor corporal.
Era el 3er día, desde que había empezado la aventura del viaje. Y nuestro cuerpo no solo nos pedía un descanso si no también que lo engriamos, pero solo estaba siendo golpeado por el frio. Así que para compensar al frio, tomamos el bus a uno de los lugares más visitados en Islandia, los famosos baños termales de BLUE LAGOON. Solo el transporte hasta ese lugar era caro. Entrar a la Laguna Azul (blue lagoon) ya era carísimo, pero había que darle ese capricho ya que el cuerpo estaba matado.
Llegamos al centro, nos registramos y nos dieron las recomendaciones y reglas del local, con nuestra mochila nos dirigimos a los cambiadores, y el locker que nos dieron era pequeño, para la mochila que llevaba, así que tuve que desarmar la mochila completa para que, entre todo en ese locker, milagrosamente entro todo, y nosotros solo nos quedamos puestos con un short.
Salir del edificio semidesnudo e ir corriendo hasta el lago, esos segundos uno sentía como el frio te iba calando, parecía que no había forma de llegar al lago y que antes de eso nos íbamos a quedar congelados, corriendo, e intentando llegar. Y al entrar en contacto con el agua…uuu…no importaba que este caliente y quemara, era mejor estar dentro de las aguas termales que siendo consumidos por el frio fuera de ella.
La experiencia fue buena y es que es verdad que la sensación que tienes de estos baños termales es que realmente es azul, el reflejo del cielo debe ser tan bueno sobre el agua, que realmente da la sensación por momentos que estas en una laguna con el agua azul/celeste.
Nos quedamos por 2 horas dentro del lago, disfrutando del frio, el cuerpo lo estaba agradeciendo, la billetera no tanto. Pero era lo justo y necesario. Y además el Blue Lagoon esta registrado como uno de los lugares más visitados por los turistas en este país.
Días antes a mi llegada y mi pequeño plan de irme a visitar este lago, me habían contado que cerca al lago estaban empezando a erupcionar pequeños volcanes y que en cualquier momento toda esa zona este declarado en emergencia y por ende podían cerrar el lago. Gracias a Dios pude visitar a tiempo este lago, ya que, al otro día, anunciaron que se cerraba el lago por el inicio de las erupciones volcánicas hasta nuevo aviso. Menos mal que tuve la idea, sin querer de irme del aeropuerto directo al Blue Lagoon, esperar un día mas, iba a ser que nunca viva esta experiencia.
Las personas con las que me cruzaban, le llamaban suerte, yo sabía que le tenía que llamar bendición.
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