RUMBO A TAHITI (Polinesia Francesa)

A las 00:05 hrs. del 09 de Abril estaba saliendo del Aeropuerto de la Isla de Pascua, rumbo a la Polinesia Francesa, exactamente a la ciudad de Papeete capital de Tahiti. fueron 6 horas de viaje. Llegue a esas ciudad a la 1:30 am del mismo día. de hecho tenia que retrasar mi reloj 5 horas.

En el vuelo, había ciertas cosas que me empezaron a preocupar, la primera era de que esta vez ya me estaba alejando de una manera considerable de mi hogar, este avión me iba a dejar en medio del océano pacifico, allí en medio de Asia y América, en este punto ya no tenia retorno y no me quedaría otra que continuar mi camino.

La segunda cosa que me preocupaba un poco, era que estaba entrando en zonas donde la lengua principal para comunicarse no era el español, era el francés, luego le seguía el ingles, en el mismo avión las aeromozas hablaban solo francés o ingles, tenia que prepararme para un nuevo reto, usar el poco ingles que sabia y esto complicaba mi viaje pero a la vez lo hacia interesante.

Y la tercera cosa que me preocupaba era que al lugar donde iba no tenia reserva de hotel, así que tenia 2 opciones, buscar en el aeropuerto algún hostel donde poder pasar los días o de lo contrario dormir por esa noche en el aeropuerto para al día siguiente buscar un lugar.

Durante el vuelo, escuche al fondo del pasadizo, había un joven que mientras hablaba con la aeromozas por el tema de visas indico ser español, "bien, es el indicado"- me dije - "el tal vez puede ayudarme a comunicarme en el aeropuerto". Así que apenas baje del avión lo seguí con el fin de presentarme e indicarle que me ayudara con el tema de comunicarme y buscar un hostel, aun no me atrevía a enfrentarme por mi mismo a una sociedad con una lengua diferente.

Cuando baje del avión se sintió un bochorno de calor, el mismo que sentí cuando visite la ciudad de Puerto Maldonado en Perú unos meses atrás, y eso que acá era medianoche. 

Nos presentamos y me indico que el también era mochilero. Que bueno - dije. Lo malo es que el también no tenia un lugar reservado. Así que decidimos juntarnos para no perdernos en esta nueva isla. Al momento de pasar migraciones nos dividieron, el por ser europeo, paso a otra fila donde no necesitaban presentar visas o documentos para entrar al país de Tahití, el cual le pertenece a Francia. Así que el paso rápido, yo me quede media hora mas haciendo colas, el tiempo en la cola pasaba y pensé que el español ya se había cansado de esperar y tal vez se había ido a buscar fortuna solo. 

Pase migraciones y al salir del aeropuerto, en la puerta me estaba esperando el español, así como este joven, durante todo mi trayecto y casi todos los días, encontraba personas que me ayudaban a poder continuar con mi viaje y no perderme en las ciudades, este viaje me enseño que donde uno vaya siempre iba a encontrar una mano que le extendiese la mano.

Preguntando a los guardias de seguridad que hablaban algo en ingles, nos dieron referencia de un hospedaje que estaba cerca al aeropuerto, entonces nos dirigimos a buscar ese lugar, al llegar a la zona, entramos por un callejón y vimos el cartel que decía FIFI, nombre del hospedaje, todo estaba apagado, abrimos la reja y entramos, parece que el hospedaje estaba vacío, en eso vimos en la oscuridad a un señor dormido en un sion en medio del jardín y decidimos despertarlo. El español se encargo de hablar con el y con la señora que salio después para llegar a un acuerdo económico por el costo de una cama, esa madrugada no dormí, no quería porque mi cerebro todavía tenia la hora peruana, en esa isla eran las 2 am. pero para mi cerebro ya eran las 7 am.

En la mañana, tomamos un desayuno, fuimos a cambiar dolares al aeropuerto y al conectarme a Internet por esas coincidencias de la vida, mi hermana que vive Francia estaba conectada a la red, al enterarse que estaba por Tahiti y luego de sorprenderse que me había ido a meter a lugares extraños se lo contó a su esposo, el recordó que tenia amigos Tahitianos en Francia. Mi hermana y su esposo se comunicaron con ellos y en menos de 15 minutos, mi hermana me indica que un Pastor de la Iglesia Adventista estaba esperando por mi en el aeropuerto para recogerme y hospedarme en su casa. Me despedí del español, el también tenia que partir rumbo a las playas del sur de la isla donde se corren olas. Le agradecí su apoyo y me fui al aeropuerto que estaba a 2 cuadras para encontrarme con el pastor.

 Presidente y Secretario de la Misión de la Polinesia Francesa de la Iglesia Adventista

 Iglesia Centra de la Iglesia Adventista en Papeete

Junto al Pastor Patrick, líder de los Jóvenes en Papeete, dejándole un recuerdo de Perú

El pastor me llevo a su casa  para dejar mis cosas, luego me llevo a las instalaciones de las oficinas de la Iglesia Adventista, me presento al presidente y al secretario, y tuvimos una conversación con ellos, sin querer estaba hablando ingles con ellos, luego salí a caminar por la ciudad, pero al rato regrese, necesitaba descansar, el calor me estaba deshidratando rápidamente, ademas los últimos días me la había pasado caminando y no había descansado, esto me iba a pasar factura, busque por allí un lugar y encontré un mueble que encontré en un auditorio, y me eche a dormir por 2 horas, a las 6:00 pm me levante y fui al lugar donde el pastor habia quedado conmigo para encontrarnos e ir a su casa.

Pude conocer a la familia del pastor en la noche, ellos vivían en la parte alta de la isla, desde allí, se tenia una vista espectacular de la playa de Tahiti, en esa casa me invitaron a cenar y a descansar viendo televisión, lo gracioso es que nadie en su casa del pastor hablaba ingles, menos español, así que casi ni hablábamos, era un extraño que había entrado en esa casa y ni siquiera podía hablar, era un mudo, lo poco que se pudo hacer, era hacer señas y decir por allí un "thank you". Luego me fui a dormir, al día siguiente tenia que irme a la isla Morea para empezar mis aventuras por las playas de Tahiti.

Vista Panorámica de Papeete, al fondo se ve la isla de Moorea

Vista Panorámica de Papeete, al fondo se ve el puerto de Ferries.