Los cambios bruscos de temperatura en Boston, habían hecho opacar en algo mi salud que por 3 meses se había mantenido intacta; por momentos en Boston se sentía un calor tan fuerte como lo sentí cuando visite Madre de Dios en Perú, donde sientes que un bochorno de vapor sube de la tierra y tu piel se pone pegajosa, y por momentos el ambiente se ponía frío y corrían ráfagas de aire con algo de lluvia, así que estos bruscos cambios de climas, me debilitaron tal como la criptonita a superman.
Hoy con mi tío habíamos planificado ir un par de horas a conocer el Museo de Ciencia de Boston.
En el camino al museo pude ver por las calles de Boston, unos curiosos buses que les llaman “Patos” o Duck, otras personas les dicen bus anfibio, porque además de poder andar por las calles de la ciudad, al llegar al río, entran y pueden convertirse automáticamente en naves acuáticas, y es que este transporte fue usado en la segunda guerra mundial, para que los soldados no tengan que desembarcar en las playas, si no que con estos vehículos entraran rápidamente a tierra y poder combatir. Hoy estos patos, han sido pintados de una manera atractiva de tal manera que sirven para ser turismo en esta ciudad.
No llegue a tomar un tour en estos patos, pero aproximadamente te cuesta $ 35 y te llevan a conocer la ciudad, el tema es que tu ingles tiene que ser muy bueno para que no te pierdas en la explicación que dan los guías, porque acá el ingles si era muy rápido y técnico.
Entramos al museo de Ciencia y esta consta de 4 niveles, todos, absolutamente todos dedicados a la ciencia y la muestran de la mejor manera, que esta sean tan fácil de entender para u niño, pero que a la vez cautive la atención de los jóvenes y adultos. Creo que cualquier niño o adolescente después de visitar este museo, se queda con esas ganas de saber más de la ciencia y queda con la semilla implantada de la investigación científica.
Al comienzo pensábamos estar allí unas 2 horas, pero había tanta cantidad y calidad de cosas por ver, que sin querer nos pasamos cerca de 6 horas revisando las diferentes áreas dedicadas a la ciencia. En este museo la matemática, la química, la física se vuelve tan sencillo que te quedas enamorado de ellas y los niños salen con las ganas de ser los hijos de Einstein.
Nuestra visita coincidió con la exposición de la electricidad, en donde los gigantescos generadores de Van de Graff son tan emocionante y llamativo, que deja a algunos con los pelos parados y la sala llena de aplausos.
Luego de 6 horas de caminar por el interior del museo, aun faltaba ver un par de salas mas, pero el cansancio y el hambre nos gano, así que decidimos ir a casa, ya había sido demasiada información para el día tanto así que la cabeza dolía de tanto conocimiento retenido, así que salimos rumbo a la casa en plena lluvia, sin querer el aire acondicionado del museo me había debilitado mas, pero aun así sacaba ganas de donde sea para seguir adelante, mi cuerpo necesitaba Coca-Cola para tener energías pero mi salud me lo tenia prohibido, poco a poco la cantidad de cafeína en mi cuerpo se me estaba acabando, de hecho la Coca Cola en el viaje fue como mi combustible Nitro.
Luego de almorzar nuevamente en compañía de mi queridos tios, salimos a dar otra vuelta mas por Boston en auto, la idea era ir a ver el estadio de Béisbol de la ciudad, cuando pasamos cerca, había tanta gente llegando al estadio porque ese día le tocaba jugar al equipo de Béisbol de Boston, los RED SOCKER tenían un encuentro.
Este momento le dio un toque especial a mi visita de EEUU, porque si bien no se casi nada de este deporte, para los americanos esto es el deporte mas atractivo y mas apasionante, entonces entrar a ver un partido de béisbol, era tener una experiencia americana de verdad.
En menos de 5 minutos, decidimos entrar con mis tíos al estadio, ellos tenían mas de 15 años viviendo en Boston pero nunca habían entrado al estadio a ver un partido béisbol, tuve que ir a visitarlos para que les entre la curiosidad de entrar y ver que pasaba realmente en el interior del estadio, creo que los 3 estábamos super emocionados, en esas horas que estuvimos dentro del estadio se me vinieron a la mente muchas películas americanas sobre este deporte, tal vez la mas reconocida últimamente es la de Moneyball (juego del dinero), la cual fue nominada a mejor película para el año de su estreno. Entramos al estadio cuando ya faltaban unos pocos minutos para empezar el match(partido). Mientras buscábamos la zona y los asientos que nos correspondia, sonó el primer pitazo y el estadio se ponía en pie para aplaudir el primer bate de la noche.
Una de las cosas que se diferencia mucho de la afición latina por el fútbol, es que mientras el espectador latino esta los 90 minutos en el estadio atento a una jugada mirando futbol, los americanos a mitad del partido de béisbol, cada uno está haciendo sus cosas, algunos conversando con su cerveza en mano, otras con sus celulares, otros por allí mirando cómo se desarrolla el juego en el campo, pero apenas se oye alguna grito en el estadio, todos giran sus cabezas para ver que está pasando en la cancha, la verdad ellos dicen ser muy amantes del béisbol pero no paran con los 5 sentidos en el juego.
El partido se jugaba en medio de la lluvia, menos mal que nuestros asientos estaban debajo de una zona techada, así que solo el frío era lo que molestaba, pero con un chocolate bien caliente y con canchita en mano se disfrutaba el encuentro, tratando de entender un juego que me parecía todavía algo extraño.
Esta noche el equipo de béisbol de Boston, los Red Sock (medias rojas), jugaban contra un equipo Blue Jack, no sé cuanto fue el marcador final, solo sé que los locales salieron ganadores y la gente salió tranquila y feliz del estadio.
Luego del partido regresamos a casa a descansar, era mi última actividad en mi visita a Boston, había ido por ver a mi tía pero termine viendo y aprendiendo muchas cosas mas, y eso que Boston tiene muchas mas cosas interesantes por ver.
Esa noche dormí con la gripe queriendo tomar el control total de mi cuerpo, pero las pastillas que había tomado trataban de impedir esto, aun así, mi cuerpo en el último tramo de mi viaje se iba a ver afectado por este síndrome.
Al día siguiente me despedí con un abrazo de mi tía y mi tío, no sé hasta cuando de nuevo los volvere a ver, tal vez 1 año, tal vez 10 , tal vez 20, no lo se….Pero....Gracias Tíos por recibirme como un hijo en su hogar y por llevarme a conocer los lugares de Boston y darse el tiempo.
Mi tía salía temprano a trabajar mientras mi tío me llevaba a la estación de buses para tomar mi bus a la gran Nueva York. Otra vez la despedida de una ciudad era triste y otra vez a tratar de acostumbrarse a una nueva ciudad y la ultima.
obviamente hay muchas cosas que no sabes, ...y eso que no viniste a West Virginia.....
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