Sábado 2:00 pm de la tarde,
bajaba del avión y por primera vez mis pies pisaban suelo mexicano, por ahora era el último país que estaba visitando pero era el país al cual decidí viajar por primera vez en la vida...Que cosas no!!!
Este viaje lo empecé a soñar hace
casi 1 año, el trabajo y la rutina de la vida no me dieron tanta facilidad para hacerlo antes. Si bien es cierto hace un año empecé
a planificar de a pocos este viaje, hoy puedo decir que desde que tenía unos 8 años,
mientras miraba alguna serie o novela mexicana, le decía a mi mamá: “Quiero ir
a México….algún di aire allá a conocer a los actores y cantantes mexicanos”. Fui el primer país al cual decidi conocer de niño y recien lo cumplía.
Hoy que he llegado a México no me llama la atención ningún actor y mucho menos ningún
cantante, hoy lo que me trae a México es conocer su cultura de este
enorme país y conocer la séptima maravilla del mundo que me falta poner la
foto en la pared de mi cuarto.
Salir del aeropuerto
internacional Benito Juárez de la ciudad de México, me pareció interminable. Habían
llegado como 4 o 5 aviones internaciones y la cola para pasar migraciones y
entrar al país me parecía interminable, además solo 4 módulos estaban
atendiendo. Tenía hambre y ganas de conocer la ciudad y no había cuando salir
del aeropuerto. Todos sabemos que lo primero que tenemos que hacer al llegar a
un país pues es cambiar tus monedas a la moneda local, de todas las tiendas de
cambios solo una estaba abierta y como nunca, fue el primer aeropuerto donde no
solo pedían identificarse si no que además llenar hojas de solicitudes,
firmarlas y no sé qué más, que la cola era otra pesadilla, todo solo por
cambiar 20 USD y poder tomar el bus que me iba a llevar a la ciudad.
Las 2 primeras horas México
estaba haciendo puntos para quedar mal y llevarme una mala impresión de ella. Pero
con el transcurso de las horas, iban a cambiar.
Saliendo del aeropuerto me encontré
con una familia de peruanos que estaban aprovechando sus horas de escala allí para
ir a conocer algo del centro de la ciudad.
Baje en el punto indicado de mi
mapa y tenía que caminar 3 cuadras para llegar al hostel, justo cuando me
faltaba una cuadra, a 10 metros de mí, 2 jóvenes se acercan a un auto, uno por
cada lado se meten por la ventana e intentan arrancharle algo a la persona que estaba
dentro de ella, esos 3 segundos me parecieron minutos, trate de mantener la
calma, no sabía si seguir avanzando o alejarme corriendo, hice como que conmigo
no era, parecía q los ladrones no llegaron a jalarle al señor lo que querían se
alejaron mirando a todos lados y en esos nuestras miradas se cruzaron, no me había
dado cuenta que mi cámara fotográfica la llevaba colgada del cuello, es allí donde
pensé: “Dios mío…ya me marcaron, ahorita se detienen y se lanzan contra mi….”,
camine , di unos cuantos pasos más y me detuve en la primera puerta de una casa
que se me apareció, los ladrones volvieron a voltear y me miraron, yo hice como
que estaba tocando el timbre de esa puerta. Deje que pase un minuto, cambie de
acera y con precaución, cruce la última calle para poder llegar al hostel.
Menos mal que no pasó nada malo, pero
no puedo negar que llegue algo asustado y con temor de que había elegido una
mala zona para quedarme, luego ya supe que era una de las zonas más seguras y
escogida por los turistas para quedarse.
Deje mi mochila en mi habitación y
salí a encontrarme con la ciudad, 5:00 de la tarde aproximadamente, tome un
pequeño plano y ver que encontraba. Apenas llegue a la Avenida de La Reforma,
que es una de las más avenidas conocidas de la ciudad, a los lejos vi un gran pórtico,
me llamo la atención y sin saber qué es lo que era, me fui acercando a ella,
era nada menos que la plaza de la revolución.
A medida que me iba acercando, veía
que alrededor de ella, había muchos chicos, bailando en grupos haciendo coreografías,
otros tocando instrumentos haciendo marchas, mientras que otros jugando con los
juegos de agua que salían del piso, muchas parejas alrededor de la plaza y
otros chicos haciendo piruetas con patinas y pelotas de futbol.
Hasta ese momento no sabía cómo se llamaba esa
plaza, percibí que había gente que por medio de un ascensor subía a la
parte alta de la estructura que se encontraba en medio de ella, así que me dirigí
hacia el eleador, en la entrada me di cuenta que estaba en la Plaza de la Revolución. Pense que en esa plaza los mexicanos en algun momento se rebelaron contra los españoles y dieron su grito de libertad, pero estaba lejos de la realidad.
Con solo $ 80, uno puede subir al
mirador que se encuentra en la parte alta y también visitar los cimientos de la
estructura, conocer todo esto me llevo casi una hora, así que a las 6:30 pm
estaba descendiendo para continuar con mi encuentro con la ciudad.
Volví a buscar la Avenida de la
reforma de la cual hace un par de horas me había desviado, intentaba llegar a
lo que mi plano marcaba como el monumento con el ángel de la independencia.
Al final de la avenida se podía ver
el monumento, el camino era largo, pero las mismas tiendas, la gente que iba
por la calle podía a uno entretenerlo y así cada vez sin darse cuenta veía el
monumento más cerca.
A mitad del camino me detuve en
un centro comercial para buscar algo de comer, me había acordado que no había comido
y me sentía algo débil, necesitaba recargar energías. Así que me detuve en un
restaurante de pastas para comer unos fideos, luego decidí seguir mi camino.
Llegue a la Monumento de la
independencia cuando ya el sol se había ocultado, la vista es única, me hizo
recordar al monumento con un ángel que está en Berlín, son casi parecidos,
desde la base del monumento se tiene una linda vista de noche, de la iluminación
del monumento, los alrededores de la plaza y se aprecia lo largo e iluminado
que es la Av. Reforma con los autos y luces que le daban un toque especial.
En la misma base del monumento,
le pedí ayudar a un señor para que me tome un par de fotos, de la nada se inició
la conversación típica de viajeros: “¿de dónde eres? ¿Hace cuánto estas
visitando México?....”. Sin querer la conversación se extendió y estaba
recibiendo unas clases histórica del monumento de la libertad y luego de la Av.
Reforma, luego de la historia de la República Mexicana y luego el tema era la política
Latinoamérica.
El Anfitrión mexicano que encontré
se llamaba Juan Carlos, una de esas personas, que ama los viajes y que se
complace mostrar su ciudad a viajeros como yo, gracias a el pude en minutos
conocer en resumen la historia de México. Me acompaño a recorrer el camino de
regreso e ir a visita de noche el Museo de Bellas Artes de la ciudad.
Siendo las 9:00 pm nos
despedimos, quedamos encontrarnos al dia siguiente para seguir conociendo la
ciudad y recorrer algunos museos, ya que había que aprovechar que en Mexico los
museos son gratis.
Algo cansado regrese al hostel,
mientras me disponía a revisar mi correo y revisar el plan para el dia
siguiente, la administración del hostel casi de manera obligatoria nos pidio
que vayamos a la sala de reuniones ya que era cumpleaños de la Gerenta General
del hostel, en pocas palabras de la dueña.
Fui para estar un rato, ya que el
sueño amenazaba con desplomarme, las conversaciones con los demás viajeros
empezó, gente de Argentina, Corea del sur, Inglaterra, mexicanos, colombianos y
no podían faltar los alemanes que aparecen nuevamente en todos lados, así como así,
dieron la 2:00 am, las conversaciones eran muy entretenidas pero el cuerpo ya
no daba más, la noche anterior no había dormido nada por terminar de hacer unos
informes laborales y por alistar mi mochila, más aun, en el avión de Lima a
Ciudad de Mexico que son 6 horas de vuelo, solo había podido dormir 2 horas, no
podía concebir el sueño allí sentado de una manera tan rígida, así que me puse
a ver la película “Whiplash”, había querido verla en Lima pero me fue
imposible, por suerte la encontré en el menú de películas del avión, muy buena película
que me mantuvo despierto durante el vuelo. RECOMENDABLE para los amantes de la música
y del 7mo arte. 10 puntos!!!