“Todo tiene su final…..nada dura para siempre”….es una de
las frases más recordadas de Hector Lavoe; esta frase refleja que todo lo mejor
que nos pasa en la vida es corto, momentáneo, efímero.
Por momentos quería que
el viaje no acabe para seguir conociendo más lugares, pero otra parte de mi
quería terminar de viajar, al menos por ahora, el cansancio había agotado mi
estado físico.
Cuando entraba al aeropuerto JF. Kennedy de New York, sabía
que en mi siguiente ciudad, ya no iba a ser otra nueva ciudad en la cual me iba
a sentir extraño y tratar de entender sus
mapas, costumbres o comidas, mi siguiente ciudad era el lugar donde nací y crecí
y donde iba a poner fin LA VUELTA AL
MUNDO. Sabia que estaba punto de dar los 360º al mundo, estaba solo a 3º 05´07´´ de conseguirlo. Esa es la distancia en longitud que separaba NY y Lima.
Caminaba por los pasadizos del aeropuerto buscando la Aerolínea
LAN, la misma que me saco del país y ahora me volvería llevar a ella. Fue fácil
ubicarla, no porque existiera un gran cartel, sino porque la gente que se reunía
alrededor de ella, por sus costumbres y el desorden que generaban, delataban
que esa zona eran los vuelos para los países sudamericanos.
En esta zona estaban los peruanos, ecuatorianos, bolivianos
y colombianos esperando sus vuelos para cada uno de sus países, en este lugar
se sentía un pequeño bullicio, un ligero desorden, unos raros olores a comida,
toda esta gente estaba amontonada en una parte de los pasadizos esperando hacer
su check in para sus vuelos programados. Además en este lugar era donde más se
concentraban los policía del aeropuerto, tal vez porque ya conocen cómo somos los
sudamericanos de desordenados y de costumbres raras.
Hice mi cola en medio de maletines, creo que los peruanos
exageran con los paquetes, maletinas y cajas con los que viajaban, como
queriendo llevar ropas y muchas cosas mas a toda la familia que tienen en Lima.
Luego de haber estado en muchos aeropuertos del mundo y viajar junto a chinos,
hindúes, europeos, americanos, árabes, etc. Podía notar una exagerada
diferencia al viajar en un avión con destino a Lima. Podía estar físicamente en
Nueva York, Estados Unidos, pero cuando miraba a mi alrededor parecía que
estaba Fiori, el terminal de buses de Lima.
Mi viaje desde el JFK de Nueva York hasta el J. Chavez de Lima
duro casi 8 horas, el vuelo fue durante la madrugada por lo que la mitad del
viaje me la pase durmiendo, por fin anunciaron que en unos minutos íbamos a
aterrizar en Lima y que deberíamos abrocharnos los cinturones.
La sensación de llegar a casa era especial, pasar
migraciones era como si de mi país mismo me está dando la bienvenida. Luego de
haber pasado más de 19 países del mundo y 38 ciudades en el mundo, llegar a mi país
y pasar la línea de migraciones, para mí era similar al corredor de los 42 Km
al momento de cruzar la línea de meta, y es que este viaje había sido
precisamente esto una carrera pero dando LA VUELTA AL MUNDO. El acto de que me
firme mi pasaporte de ingreso a mi país era como si este me esté dando la
bienvenida y me recibiera con los brazos abiertos, es más hasta tuve ganas de
abrazar al policía que sello mi pasaporte.
Para algunos, mi viaje había sido muy largo, para otros, muy
corto, para algunos debería haber ido a muchos lugares mas, para otros me excedí
con tantos lugares. Ahora creo que fue lo justo y necesario.
A la salida del aeropuerto me estaban esperando las 2 únicas
personas que estaban felices con mi regreso, esas 2 mismas personas que se
tomaron un tiempo para irme a despedir hace 95 días. Era mis padres que me
esperaban con un abrazo, con una mano para ayudarme con el peso de mi mochila y
con las ganas de escuchar tantos relatos y experiencias del viaje. Fue para
ellos que escribía estos blogs, sabía que ellos se tomaban el tiempo cada
mañana para leer mi diario y para elevar oraciones al cielo. También mi amigo Raúl Herrera estaba con ellos, ese amigo que había seguido mi viaje, me había ayudado a planificar el viaje y que cuando estaba por alguna parte del mundo, el me enviaba la información necesaria para continuar con el plan
Todos los días del viaje fueron emocionantes, no hubo un día
en que mis ojos no dejaron de maravillarse por alguna obra de arte hecha por
manos de hombres o por algún paisaje que nos regala la naturaleza madre. Aun en
los días que descanse me sirvieron para conocer más de las ciudades donde estaba
o para conversar con la gente y me cuenten las tradiciones de esas ciudades.
Trate por todos los medios de aprender en cada lugar lo más que se podía.
Aún recuerdo las primeras planificaciones del viaje, todo empezó
queriendo ir a Beijing, luego ir a Roma, luego Dubai y así se iban añadiendo
puntos en el mapa, a medida que lo iba planeando se iban agregando ciudades a
la ruta, cada vez que agregaba a una ciudad me emocionaba porque sabía que iba
a ver algo especial allí.
Este viaje no había comenzando hace 95 días. Este viaje se inició hace casi 2 años y medio y si bien llegaba aparente final, en realidad este viaje iba a continuar no sé hasta cuando, porque sabía que a partir de ese momento cada vez que escuche el nombre de alguna ciudad donde estuve, que vea alguna ciudad en alguna película o vea sus imágenes en algún libro o afiche, mi mente iba a seguir viajando con los recuerdos.
Cuando recuerdo ciudades
como el Cairo, Nueva York, Beijing o Nueva Dehli que eran unas megaciudades, Lima al lado de ellas es un
pueblo, pero cuando veo estas megaciudades en el mapamundi o en el Google
Earth, me doy cuenta que vistas desde el universo son simplemente un punto y
que en ese punto hay millones de personas habitando y me hace pensar que la
tierra a pesar de ser finita, es infinita en su búsqueda por conocerla y por
recorrerla.
Era hora de dejar la mochila en la esquina de mi cuarto, de
descansar del viaje y por ahora viajar
con la mente y las fotos. Era hora de esperar que termine el 2013 para ver que destinos
me deparaba el 2014.
Es hora tambien de aprender de ti, de tus consejos que aun espero, gran viajero !!
ResponderEliminarFue una gran aventura amigo!
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